(Acerca del funcionamiento de la Conciencia y la
respuesta a qué es el ser humano)
Por Randolfo Ariostto Jiménez
Ninguna verdad
novedosa
Es asimilada con
facilidad
R. A. J.
Las siguientes reflexiones giran alrededor del concepto Humanum
Entelequium, en buen dominicano, Fantasía Humana, y son el resultado de miles
de horas de estudio detenido y minuciosas lecturas. Conceptos usuales como Existencia, Conciencia y Realidad estallarán
en fragmentos hasta desaparecer en un maremágnum de palabras reveladoras de
verdad, otorgando prominencia a otros de nomenclatura novedosa como Energía
Orgánica y Software de la Conciencia. Se procurará explicar el por qué el ser
humano, entidad orgánica provista de inteligencia, no es demasiado distinto a
un virus en su sentido desmitificado de realidad. Si se elaborara un top histórico,
arqueológico o científico en busca de un error tan último por su sentido universal,
del que se desprende todo otro error, sin temor a engaño resaltaría el de Humanum
Entelequium, esa falsa presunción de Humanidad, e ilusorios estados de Existencia, Realidad y Conciencia que se pretende iluminar en lo
adelante.
Expresiones frecuentes en el ámbito literario como La realidad
imita a la ficción, podrían no resultar tan literarias como se ha venido conjeturando.
La posibilidad de que este mundo, una vez transgredido, solo arrojase un montón
de símbolos parsimoniosamente organizados en códigos, podría comenzar a fulgurar
en el intelecto humano.
Resúmenes documentales como The Big History, La Gran
Historia, transmitido por History Chanell en los sistemas de cable, permiten
a millones de seres humanos aprender que el agua de la tierra llegó en viajes
interplanetarios al dorso de meteoritos y cometas, lo mismo que las primeras bacterias,
antecesoras de la vida orgánica. La vida: plantas, animales y seres humanos sin
distinción de razas, como señala el documental, proviene de una bacteria común,
de un mismo ADN y un mismo gen2, multiplicado en consonancia con su
necesidad de pervivir, desarrollarse, ¿como un virus?, que aniquila, reproduce,
muta o perece en función de sus procesos evolutivos; captando imágenes
neuronales que posibilitarán la transmisión de información a través de siglos,
milenios; creando características definitorias, razas, organismos
pluricelulares, materia orgánica e inorgánica superviviente del clima,
medioambiente, cataclismos naturales, lluvias de meteoros, impactos colosales
de masas cósmicas, como el planeta que dio origen a la luna tras estrellarse
con la tierra3, etc. Vasta información almacenada en millones de, ¿Gigabytes
químicos?, neuronas cerebrales, conductos nerviosos; creando hábitos forjadores
de caracteres, que definirán la conducta y el modo en que las criaturas
perciben la realidad.
El ADN y las partículas genéticas de la materia orgánica,
y la inorgánica, constituyen almacenes poderosos provistos de capacidad para
generar y desarrollar lecturas de sí mismas mediante la comparación de datos e
influyendo en el desarrollo humano coadyuvadas por factores como el sol, el
agua, proteínas y minerales, explosiones y choques de Supernovas, Big Bang,
etc. Partiendo de que millones de cerebros accesaron a las herramientas
rudimentarias que crearían el Software de la Conciencia, el Ente Humano cuenta
con suficiente información que someter a análisis y extraerles conclusiones, lo
que quizá constituya el propósito último del presente ensayo.
A la luz de investigaciones recientes4, el
genoma humano semeja un extenso sembradío en el que restan por sembrar millones
de hectáreas. El ADN del ser humano no dista demasiado del resto de seres
vivientes del planeta. La vieja red que enlazaba la existencia del universo ha conquistado
actualidad científica y el ser humano, quiéralo o no, expulsado del Centro del
Inicio, recorre el porvenir hacia un punto dirigido, cuasi al azar, del espectro
cósmico. Aquello que da origen a la Existencia Humana proviene del Gran Boom,
de un punto común, nebulosa de energía, presión molecular, partimientos en
gestión de nuevas y diferentes formas de organismos. Fusiones sorprendentes,
por extrañas e inesperadas al ojo humano, luego revalidadas por las ciencias, surgieron
de la vorágine del caos con un solo aparente propósito: mutar y adaptarse para
volver a mutar y adaptarse. El siguiente ensayo persigue entre otras metas explicar
de qué modo el orden universal responde a un simple código binario en el que
mutar equivale a (1) uno, y adaptarse equivale a (0) cero. Este código primario
no solo constituye la clave de la vida, sino la causal directa de lo que se ha
dado a llamar Conciencia, ese sentido de existencia singular que sostiene la
idea de humanidad.
Como todo, desde y antes del Big Bang, la existencia no
se detiene, aun al morir el cuerpo
humano continúa un dilatado proceso de transformaciones que algunos empecinados
con este sistema de vida llaman descomposición y que no pasa de ser una lectura
de procesos inconclusos de mutaciones genéticas5. El cerebro humano
responde al estrés6, y al trabajo, bajo los mismos códigos que el resto
del cuerpo en general: Adaptación y Mutación, aunque esto no explica de suyo la
existencia de la Conciencia Humana, habrá que entrar en materia.
¿Qué es la conciencia? Se acudirá al método popperiano7
para explicarlo estableciendo en primer término qué no es: no es un ente
espiritual, bacteria, en el sentido de intruso externo, la voz de Dios, el hebreo; no es inmaterial, ni
programa pregrabado en otra dimensión, no es el alma del hombre, ni un código
de una raza extraterrestre superior, en el sentido de inteligencia superior
detrás del mapa. Cada una de estas negaciones encuentra sustentación en el funcionamiento material y orgánico,
con funciones específicas y sectorizadas, del cerebro humano, ese gran
ordenador donde se entiende radica la Conciencia. Pero ¿Qué es la conciencia? Puede
que se explique a partir de razonar qué la hace ser lo que es, esa voz interior
al parecer independiente, que obliga al ser humano a pensar su pasado, presente
y futuro; autocrítica, defensora de la seguridad emocional, juzgando qué es
correcto y qué no lo es. Ese Yo interior en cuyo último receptáculo se entrona,
como superhéroe de ficción, el Súper yo. ¿Cómo puede dialogar con el ser humano como parte intrínseca de él y parecer
independiente? Lo primero a tenerse en cuenta es que cada conciencia domina un
idioma aprendido por el ser humano que la posee, lo que remontará el presente
estudio al pasado; al origen del lenguaje humano, cuando el ser humano se
apropió de símbolos que le ayudarían a explicarse durante la caza, la guerra,
la siembra, las migraciones, en tanto surgían vocales, y de un modo parecido al
sistema binario de adaptación y mutación, respecto a la realidad circundante, ambas
realidades, pasada y presente, quedaban registradas en el ADN; creando nuevas
lecturas y campos genéticos que le servirán para apertrecharse mejor a las
mutaciones y adaptaciones del mañana. Millones de símbolos, códigos, idiomas
cuyas claves el ser humano atesoraría. El ADN y el Gen Humano no solo almacenan
información sino que la someten al mismo proceso de Adaptación y Mutación que
prohíja la vida en su sentido más desarrollado: el pensamiento. Sujeto a estas
dos simples leyes, millones de gigabytes de información genética actúan con un
propósito en común, el proceso que le prolonga la vida. Utilizando cuanto
código secundario interpreta, produce, organiza y almacena para preservarse
como un virus cualquiera, como un gen, como una polilla, parásito o bacteria.
Esa voz, no es tal voz sino el
resultado de un intenso ejercicio de adaptación y mutación servido de la tecnología necesaria para prosperar. Si
se piensa con detenimiento, nada tiene de extraño que el mecanismo de defensa y
evolución del ser humano acceda a todas sus bases de datos disponibles para
comunicarse con el hombre ya que ese mecanismo hizo posible la existencia de la
criatura humana. De ahí la independencia aparente
de la Conciencia. El mismo orden en
que adquieren preeminencia los pensamientos, reflejan un ejercicio súper
desarrollado de adaptación y mutación.
El aparato cerebral construye
ideas, conceptos, imágenes a partir de percepciones a modo de asociaciones de
imágenes y produce “mapas de Pensamientos” mediante encadenamientos
silogísticos e inferencias. La inferencia ejerce una función de selección o
rechazo a medida que el cerebro atrae vibraciones que son percibidas en agrupación
con efectos visuales, sonoros, gustativos, táctiles, olfativos y silogísticos;
como una esponja dedicada a formar mapas de pensamientos una y otra vez sucesivamente.
Cada mapa busca robustecerse atrayendo para sí cuantas ideas o imágenes le
resulten interesantes en función de que coadyuven o no a la pervivencia o
transformación de Sí respecto al medio circundante. Estos mapas son incontables
e infinitos en el sentido de que siempre están en formación o transformación,
muchos se unen a otro mayor y se desarrollan hasta formar un pensamiento
imperante, carácter y/o personalidad que ejerce control sobre miríadas de mapas
de pensamientos o adquirir dimensiones de Conciencia.
El aparato cerebral cumple la
responsabilidad de producir descargas vibrátiles que asocian el medio con las
imágenes. Imágenes y silogismos son descodificados a partir de la
preponderancia de los mapas de pensamientos con cierto grado de empatía hacia las
vibraciones emitidas. La Conciencia no es estática sino que trabaja para empoderarse
de nuevos mapas de pensamientos y lucha por repeler a otros mapas de
pensamientos inoportunos que permanecen en pugna por erigirse con el control
mental.
La Conciencia se nutre de todo lo que le
resulta “familiar y/o repelente” aumentando su campo de asociación de
pensamientos; nuevas ideas o conceptos pueden ser asimiladas en la medida que
vienen asociadas a imágenes empáticas (re)cognoscibles o desconocidas. Un
pensamiento nuevo no aparecerá por sí solo y siempre vendrá condicionado a un
referente peculiar de interés.
Si la Conciencia se ve enfrentada
a una variedad de impulsos nerviosos que le atraigan de modo simultáneo, se
comporta como un glotón frente a una mesa provista de disímiles manjares, se
excitará, procesará los niveles de empatía en una rápida valoración de utilidades
y, considerando que debe injerirlos todos, procesará por orden de empatía uno y
otro hasta no descartar ninguno. Distintos mapas de pensamientos pueden
coincidir en atraer para sí un mismo tipo de vibraciones siempre que en ellos
impere diferencias insalvables como un modo de mantenerse aislados, siempre que
el mayor de estos se quede con las vibraciones fuertes, redirigiendo los remanentes
de menor empatía para otro pensamiento. El cerebro es el hardware y el sentido
de la inferencia, esto es, el código binario de Adaptación y Mutación, es el software,
la Conciencia.
Las fijaciones de ideas negativas
pueden resultar a este respecto peligrosas, tanto por formar parte del
pensamiento, lo que acarrearía grandes dificultades al momento de desplazarlas
de la Conciencia, como si formara parte de un pensamiento subsidiario,
permaneciendo aparentemente oculta en la personalidad pero realizando ataques
¨soterrados¨ que provocarían crisis. La persistencia de imágenes negativas en
distintos campos de pensamientos, la incidencia en determinado campo en
proporción al cúmulo de estos impulsos nerviosos, o la propensión de la
Conciencia a atraer estos impulsos provocarán crisis que en ocasiones pueden
ser producidas por deficiencias en el aparato cerebral ¨hardware¨ o por
vibraciones negativas del medio circundante.
La calidad de imágenes o conceptos que forman
nuestra Conciencia es determinante para formar una personalidad agradable, de
otro modo, necesitaremos abastecer otro campo mental ayudándole a empoderarse
de nuevas ideas. Se precisará fortalecer el otro campo de pensamiento hasta
darle estatura de Conciencia para que atraiga vibraciones beneficiosas a la
personalidad mental del aparato humano.
Si la Conciencia se encuentra abastecida de pensamientos fútiles al
punto de rechazar ideas positivas e impedir que prosperen las ideas sublimes
atraídas por los campos emergentes, ocurrirá un intoxicamiento en la calidad
mental del pensamiento pero no habrá atrofia ya que un campo mental no deja de
funcionar por negativos que resulten los impulsos, a menos que el aparato
cerebral padezca un deterioro físico o desorden químico. A mayores impulsos de
los campos de pensamientos alternos mayor será el esfuerzo de la Conciencia por
mantener su hegemonía.
Cada campo de pensamiento ejerce
una demanda constante de vibraciones, como un drogadicto. Si el abasto se
realiza con lentitud, ya por el contexto social, por una Conciencia degenerada,
en términos educativos, ocurrirán desórdenes de personalidad que pueden variar
desde el control permanente de la Conciencia inapropiada a inconsistencia de
personalidad mental debido a malformaciones de Pensamientos alternos, aunque
sean de menor crecimiento. La hegemonía prolongada de la Conciencia, como se ha
mencionado, no imposibilita que otros Pensamientos alternos persistan en pugna
por tomar el control o que en un momento dado la proximidad de una idea
atractiva a un Pensamiento alterno coincida con el interés de la Conciencia, lo
que constituirá una ventana, ya para posibles mejoras de una Conciencia
inapropiada por medio de la adherencia de el Pensamiento alterno que se
estimaría más idóneo, o un Pensamiento alterno, tal vez menor e inapropiado
puede ser absorbido por una Conciencia robusta y determinar una infección de la
personalidad mental.
A mayor número de personas
dotadas de Conciencias robustas y sanas (v. g. una sociedad ateniense en vía de
apertura democrática y en pleno florecimiento de las artes y de la filosofía),
mayor será la excitación y recursos de percepción de vibraciones positivas que
formará y robustecerá la Conciencia de un mayor número de aparatos humanos, ya
en lo científico, lo moral, artístico etc.
Desarrollar una Conciencia
ineficiente a nivel de sociedad, restringiendo a un número reducido la
posibilidad de desarrollar una Conciencia sana: oligarquía, aristocracia,
monarquía, tiranía, clase gobernante; limita el desarrollo evolutivo de la
Conciencia de la humanidad; un robustecimiento general de Conciencias tendería
a una aceleración del desarrollo evolutivo de las Conciencias de las sociedades
en conjunto. Esa es la causa de que la aparición de un desarrollo o invención
científica traiga consigo nuevas redefiniciones, mejoras y adelantos de manera
consustancial. Si cada vez más ciudadanos robustecen su Conciencia en lo moral,
intelectual, científico, artístico etc., posibilitaremos el desarrollo de
mentes superdotadas con capacidad de obtener la conquista del espacio, la preservación
del planeta, la longevidad del aparato humano, la regeneración de cuerpos
celestes muertos. Un universo infinito aguarda a la espera de ser conquistado
por la pléyade humana.
De la explicación del desarrollo
evolutivo de la Conciencia se desprende la necesidad de explicar el desarrollo evolutivo
del ser Humano, así con mayúscula. Se debe preguntar por principio, ¿qué es la
humanidad?, ¿qué hace al humano, humano?: La Conciencia. La Conciencia no es un
ser vivo independiente, pero el ser humano no es humano sin este producto
primario del software evolutivo. Se debe volver atrás en la Historia, al primer
organismo dotado de vida venido al planeta tierra en las astas de los cometas y
meteoros8, el primer organismo unicelular cuya responsabilidad genética no excedía la de
reduplicarse, pequeño en tamaño, pero pese a su pequeñez, la tarea de
duplicarse a si mismo, en cualquier medida corporal no debe tomarse como algo
menos que una sorprendente y maravillosa obra de ingeniería genética. Cualquier
organismo capaz de auto clonarse a sí mismo, amerita cuando no de una inmensa y
variada cantidad de energía, de un tipo de energía peculiar, energía orgánica. De
aquel lado del Boson de Hiss9, donde las partículas sub atómicas
alcanzan el tamaño material necesario para ser apreciadas por el sentido de la
vista por la imposibilidad de captar las partículas de luz, los colores o niveles
superiores de energía, un tipo de energía en estado flemático y transitorio de
reposo, levedad de la adaptación, siempre a la espera de mutar, divide las
cosas en orgánica e inorgánicas, esta energía, simplemente aun no detectada por
su indispensabilidad de luz, resulta extraña por una inadecuada práctica de
emparentar la energía con los sentidos, con aquello perceptible o medible; pero
esta energía, a niveles de reposo tan extenso que resulta imposible
simplificarla sin perseguirla a través del genoma o el ADN humanos, se
alimenta, como otras de su especie, de energías covalentes subsidiarias, como
la luz, las proteínas, los minerales, al tiempo que las produce, se alimentas
de ellas; prefiere la oscuridad, hija del reposo aparente, pero su labor es
superior, y requiere de procesos más lentos, más finos, más centrados en la pesquisa
del objetivo final, la evolución. El ser humano es prohijado desde sus genes por este tipo de energía que concentra toda otra energía;
la produce y organiza por medio del código binario ya expuesto.
El ser humano, carente de humanidad
y Conciencia independientes, de un creador vicioso, deviene en Aparato Humano
Dotado De Energía Orgánica. La materia, lo que vemos, todo empieza y termina
con esta energía, Adaptación y Mutación perenne. Del modo en que las primeras
bacterias mostraban la versátil auto clonación, fruto de la factibilidad del
medioambiente, la Energía Orgánica produce miembros, aparatos, nuevas versiones
de órganos, nuevas existencias, perfecciona y amplía aparatos orgánicos,
dotados de esa misma energía, sujetos al código de Adaptación y Mutación hasta
crear al miserable humano develado hoy, desprovisto de pretensiones especiales y
del falso sentido de superioridad que se atribuye.
La Gran Fantasía Humana consiste
en percibir la vida humana como algo especial, diferente al resto de los
animales, fundamentada en una presumible conciencia divergente cuando la
energía orgánica que fluye en el ser humano es la misma de la del resto de
seres vivientes; aunque atravesara procesos distintos.
La realidad conocida es transitoria,
nada permanece, Heráclito y otros lo baticinarón10, lo visible no
pasa de ser un conjunto de percepciones, cada sentido utilizado responde a la
necesidad primaria de Adaptación y Mutación. El mecanismo de defensa, la
planificación, la capacidad de visualizar el futuro, las sensaciones producidas
por la visualización de imágenes mentales, perviven en la esfera de estas dos
leyes fundamentales que rigen la Energía Orgánica. Si se concentra la vista con
fijación en un punto específico de la realidad circundante, se apreciará que
esta no permanecerá estática, más bien, aparecerá ante la vista como una
interminable sucesión de fotos traspuestas, esto se debe a que el cerebro es
quien procesa la realidad que el mismo aprende, es decir, el codificador es el
decodificador, en razón de que este proceso es parte fundamental del proceso de
adaptación de la energía orgánica corporal, todo lo orgánico muta, lo que pierde
su energía Orgánica es relegado a energía inorgánica, útil, por supuesto, solo
si otro organismo usufructúa de ella.
El mismo universo es un gran Yin
y Yang11 de energía Orgánica e Inorgánica, una lucha en dependencia al
parecer, y en lo superficial de amor y odio, producto de las mismas leyes o
códigos de Adaptación y Mutación. El Big Bang volverá, una y mil veces y no se
dude que incluso varios Big Bang en simultáneo. De no ser por la necesidad de nutrirse de ciertos requerimientos de
temperatura, cierta clase de elementos, ciertas energías subsidiarias, por
llamarles de algún modo, la Energía Orgánica saturaría sin detenimiento el
cosmos. Depender de cantidades específicas de temperatura, altas o bajas, de
hidrógeno u oxígeno, de ambos; de luz o sombra, fuego o agua o diversas mezclas
al azar impide que la existencia se sature de organismos sin cesar, hasta crear
un caos imposible; porque cohabita cada vuelta de la esquina, infinita e indefinidamente
en cada interior finito del infinito. Debe adaptarse, luego mutar, y adaptarse
para mutar en sucesivo ¿y qué la detendrá?, como siempre, la respuesta a esa
desencadenamiento interminable, como en el gen humano, viene del exterior. El
medioambiente no resulta tan alejado de los organismos después de todo, y al
final, toda la existencia acabará, sin lugar a engaños, constituyendo una gran
red sideral.
1-
The Big
History, By History Chanel. 2014.
2-
The Big
History, By History Chanel. 2014.
5-
http://www.rtve.es/tve/b/redes/semanal/prg376/entrevista.htm
6-
http://www.rtve.es/tve/b/redes/semanal/prg376/entrevista.htm
7-
Popper, Estructura de las Revoluciones científicas…
8-
The Big
History, By History Chanel. 2014.